Por Graciela Garrido
Las recientes atribuciones que desde el giojimos le endilgan a Sarmiento, merecen un acto de desagravio en su memoria. Nuestro prócer tuvo mentalidad de avanzada, no hubiera aceptado jamás megaminería a cielo abierto con cianuro, no hubiera admitido contaminación ni hubiera priorizado el agua pura de la cordillera para esta actividad en desmedro de la agricultura.
Sarmiento hubiera fomentado el trabajo y el esfuerzo, no las dádivas. Él fomentaba la educación, la salud, la radicación de industrias, la vitivinicultura y el turismo. Sarmiento hubiera instalado en todas las casas de San Juan paneles solares para ahorrar energía. Hubiera seguido los pasos y el ejemplo de los países más avanzados de Europa, que protegen el medio ambiente y fundamentalmente el agua. Sarmiento amaba a los niños y hubiera velado por ellos asegurándoles el futuro. Con su rectitud y honestidad, Sarmiento no hubiera negociado jamás con transacionales que se lleven grandes ganancias a cambio de trabajo temporario y desechos tóxicos.
