Por Ernesto Lloveras
A pesar de todos los esfuerzos del gobierno de San Juan en presentar la derrota como un triunfo, los números son implacables. Antes de la caótica conferencia de prensa de Gioja, dos periodistas que no fueron observados en una habitación contigua, escucharon la nerviosa estrategia que minutos más iba a plantear el oficialismo. Allí se reconoció, a puertas cerradas, la visible derrota del Frente para la Victoria en San Juan, en manos de Compromiso Federal.
Consensuaron que el discurso oficialista debía girar en dos puntos: Primero, que en los comicios no se cambiaba nada, todo era una interna general. Segundo: remarcar que Tomas sacaba casi el triple a Conti. La trampa estaba en ignorar que el Frente para la Victoria es justamente un frente, compuesto por varios partidos, entre ellos el bloquismo, y que el basualdismo, por primera vez, le había ganado al giojismo. Las caras de los candidatos del gobierno eran de auténtica derrota, a tal punto que el Jefe de Prensa del Gobierno propuso suspender la conferencia de prensa, hasta tener más claro el panorama. Pero dicha propuesta no fue apoyada por ningún candidato, y en especial el propio Gioja, quien decidió salir a explicar lo inexplicable, utilizando una "pequeña mentirita", tal como se la calificó en esos tensos minutos de cómputos y flashes.
En definitiva, el Frente para la Victoria, perdió la hegemonía electoral, al obtener una sustancial diferencia con el frente liderado por Roberto Basualdo, sector que salió a defender su primer lugar en las elecciones, mostrando una fortalecida unidad de todos los candidatos ubicado bajo el paraguas del Frente Compromiso Federal. Ahora Gioja deberá dar explicaciones a nivel nacional sobre los motivos de esta derrota que lo debilita en el mapa político frente a otros gobernadores que, al menos, lograron mantenerse victoriosos a pesar del desgaste electoral evidente del kirchnerismo en todo el país.
