A veces ser sinceros, aún en campaña, tiene sus complicaciones. El gobierno de Gioja, que concentra el poder en una sola mano, hoy deja en crisis a San Juan. Remitámonos al afiche de campaña. Fueron claros: "Entre estos dos hombres pasa el futuro de San Juan". en el afiche aparece el gobernador Gioja y el diputado nacional Daniel Tomas. Frente a frente mirándose fijos. ¿Y ahora qué hacemos? ¿Los demás hombres del gobierno qué son, apenas ornamentos, el presente o el pasado?
El vicegobernador Sergio Uñac deberá ser claro y explicar qué piensa hacer. Por lo pronto Gioja no puede gobernar. Está internado y, lo que nadie ha dicho, una vez estabilizado deberá ser sometido a una cirugía para hacerle fijación de columna porque hay dos vértebras dañadas. Los riesgos de sentirse imprescindible y manejar todo perjudica al Estado, es decir a todos los ciudadanos.
Es inadmisible que ahora 700.000 sanjuaninos se queden sin futuro por la salud de dos importantes hombres. La sinceridad y transparencia de mensaje de gobierno durante la campaña nos debería llamar a la reflexión. ¿Está en terapia intensiva el futuro de San Juan? ¿Resolverá alguien las cuestiones cruciales que se presenten en adelante? ¿Dirán realmente cuál será el tiempo que tardará en recuperarse Gioja? ¿Nos conviene seguir siendo manejados como pueblo ovejuno, donde el poder sigue concentrado en el puño cerrado de un solo hombre?
Dudas, eso es lo que presenta la recta trazada por el poder imperante de la provincia. De ser así, esto es lo menos parecido a un futuro prominente. ¿Se merece nuestra democracia una situación tal provocada por hombres que provienen de la política? Estamos a punto de cumplir 30 años de democracia ininterrumpida. El país está a punto de celebrar los seis lustros de vida republicana; ¿republicana? Pongámosle que sí. Y, a decir verdad, San Juan atraviesa un momento de incertidumbre que no se buscó pero que el destino, hermano menor del futuro, nos ha puesto en el camino.
