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Hace poco, Florencio Randazzo reunió a su estrecho grupo de colaboradores y les dijo:: “Que les quede claro algo: hoy soy presidente o me voy a mi casa. Es la única oportunidad que voy a tener para llegar, así que no voy a ir por menos”, afirmó. De inmediato se puso a dar instrucciones y a encomendar tareas a los funcionarios ligados a èl que en teoría deberían estar ocupándose de los problemas de los argentinos y argentinas. A cada dirigente le fue encomendada una provincia con la misión de reunirse con el gobernador y dejarle claro que van por todo, siempre dentro de la interna del kirchnerismo.
Las provincias son su talón de Aquiles. Es que el ministro ha encargado en cuestas y todas indican lo mismo: lo dan con buenos números en Capital y provincia pero con mucho por crecer en el centro y norte del país, que concentra una importante porción del electorado. Por eso lo primordial será recorrer el interior con la misma rutina: anuncio de gestión, reunión con referentes políticos y algo de prensa.