El legado giojista

Por Marcelo Arancibia 
Partido GEN - Frente Amplio Unen 
"El mundo debería reírse más 
pero después de haber comido" 
 (Mario Moreno "Cantiflas", actor y comediante mexicano, 1911-1993).

 Según ex técnicos del Indec (echados por Néstor, Cristina y Guillermo Moreno) durante el segundo semestre del 2013 (antes de la devaluación del 23 % de la moneda en enero del 2014, el tarifazo de los servicios públicos y al transporte, las paritarias por debajo de la inflación real, la destrucción del empleo -Barrick echó 11.700 trabajadores en un poco más de un año, solo 2 empresas quedan de la promoción industrial, en abril cerraron Vesubio, Delphi, Maverick, se paralizó la obra pública y la inversión privada es meramente testimonial), el 54,5 % de la sanjuaninos es pobre (unas 370.600 personas) de los cuales el 15,8 % es indigente (una 107.440 personas pasan hambre). San Juan es la tercera provincia más pobre del País, solo superada por el Chaco (1ra.) y Formosa (2da.)

Si los Gobiernos se juzgan por sus resultados, por lo que dejan, los doce años de giojismo nos legaran "pobreza e indigencia" por encima de la media nacional durante la crisis del 2001/2002 y un marcado proceso de "extranjerización de la economía” y “concentración de la riqueza” en muy pocas manos. El legado giojista es solo eso, un legado. El giojismo, como el kirchnerismo, es un ciclo político acabado en la Provincia, que persiste solo en la propaganda mediática del modelo, y por la insistencia histórica de una sociedad en librarse del tirano de turno pero no de las tiranías como régimen.

Como el barco que navega a la deriva y da una vuelta de campana al no resistir la tempestad, los "logros" del giojismo se van a pique, a la profundidad del mar: Los ingresos se deprimen frente a la inflación y la devaluación de la moneda, la economía nac & pop expulsa las inversiones y comienza a destruir masivamente el empleo, el consumo familiar se enfría, por primera vez en once años las finanzas públicas de la Provincia son deficitarias y la deuda pública es refinanciada por la Nación solo por tres meses, y no por dos años como en épocas pretéritas del kirchnerismo.

No solo el Gobierno giojista no modificó un ápice las causas estructurales de la pobreza, sino que generó las condiciones objetivas para perpetuarlas, mediante la destrucción del diálogo político, la institucionalización de la mentira como política de "estado" y la administración deshonesta de los recursos y bienes públicos. Las crisis sociales y políticas facilitan la comprensión social del carácter populista, autoritario y corrupto de su gobierno. Pero las crisis por sí solas no son suficientes para neutralizar y superar las herencias culturales que dejan aquellos gobiernos con una fuerte matriz anti republicana y cleptocrática.

En San Juan el modelo económico de extranjerización de la economía y concentración de la riqueza ha generado su propia representación, que no se limita exclusivamente al giojismo y que se proyecta más allá de la política.

Esa representación giró en torno al "consenso mega minero" y la apropiación del "aporte sojero" con el fin de perpetuarse en el poder, donde cada estamento, tanto el político como el sindical, empresarial, periodístico, religioso, académico, artístico y cultural, tuvo su parte en el derrame económico.

El agotamiento de "la caja Nacional" y el parate por tiempo indeterminado de la economía extractivista y de enclave de los recursos naturales no renovables, debiera poner un fin temporal "a la década perdida del giojismo" y dar inicio a una nueva, donde la sociedad debiera "barajar y dar de nuevo".

Pero en San Juan pasa lo que relata una de las mejores escenas de la película Margin Call (2011), que relata la caída de Lehman Brothers, cuando el dueño del banco le pregunta al joven físico que anticipó la crisis, cuando creía que el banco entrará en bancarrota, es decir que ventana de tiempo les quedaba para liquidar los activos y estafar a sus clientes. El joven, luego de un espeso silencio ante la junta, contesta: “yo diría que eso ocurrió hace unos quince días”. Sólo que el mercado todavía no se había dado cuenta. Que el giojismo está agotado, Gioja lo sabe, pero los sanjuaninos aún no.