Por Guillermo Alamino
El relato giojista se diluye ante el aumento de la desocupación y la pobreza en la provincia. Los despidos en Barrick, Vesubio, Maverick, entre otras empresas, reflejan el retroceso de la economía y la necesidad de buscar un modelo alternativo económico.
Los datos del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP) sobre la situación social de San Juan son alarmantes: un 54,5% de los habitantes son pobres, un 15,8% indigente y un 70% de los chicos no logra satisfacer sus necesidades básicas, teniendo uno de los índices más altos de la infantilización de la pobreza del país. Mientras las estadísticas oficiales afirman que alrededor de un 5% de la población es pobre, los datos del IP y PP desmiente esa cifra y ponen en evidencia que San Juan no esta tan lindo como dicen. Además, según lo transcendido en un medio local, alrededor de 50.000 personas viven precariamente en ranchos.
A esto se suma los despidos realizados por numerosas empresas erradicadas en la región. Entre ellas: Vesubio que funciona en un 25% y se desligó de 80 trabajadores, Valot que echó a 29 de sus 42 empleados, Maverick que además de despedir parte de sus operarios no fabrica más rodados de motos en San Juan, y, recientemente, cerámica Scop que dejo sin su fuentes laborales a 50 personas y planean suspender a otros 30. Las causas de lo anterior serian problemas de mercado, altos costos de producción, cierre a las importaciones y el cese de la promoción industrial. En este sentido el Índice de Obreros Ocupados del Indec, marca una reducción en el primer trimestre de un 1.2% y, a su vez, la actividad industrial en Mayo cayó alrededor de un 5% respecto al mismo mes del año pasado, en toda la nación. La respuesta del gobierno provincial ante este panorama, es la minimización de los problemas económicos y la espera de una solución proveniente de las autoridades nacionales.
Pero lo más trascendental de la situación es el declive de la mega minería, actividad económica que supuéstamente nos guiaría por la senda del progreso y actualmente se encuentra en un aprieto importante. La denuncia por contaminación ambiental de los pueblos originarios en Chile y los despidos masivos en la Barrick, que alcanzan a 8000 empleados, echaron por tierra el lema “Minería Responsable” de la compañía canadiense y el oficialismo. Esto pone en evidencia que las promesas de progreso basados en el esquema extractivista minero, no han sido cumplidas y, contrariamente, la realidad sanjuanina es más preocupante de lo que parece.
Por eso es hora de discutir un nuevo modelo económico, cimentado en la defensa del medio ambiente y el patrimonio público como principio esencial para garantizar el futuro de las generaciones próximas. Los protagonistas de esto debates debe ser el pueblo sanjuanino y, en especial, los movimientos sociales y partidos políticos que desean un futuro mejor para nuestra provincia. De este modo, el compromiso social es fundamental para cambiar la realidad. Vos hacés la diferencia.
