El lunes 21 de julio, con José Luis Gioja a la cabeza, asumieron las autoridades del PJ provincial en un acto bullicioso en la sede de ese partido. No se puede decir “nuevas autoridades” porque la foto muestra las mismas caras que los sanjuaninos conocen desde hace 11 años.
¿Repetir las mismas figuras en los puestos no es acaso una de las causas de la derrota del FPV en las primarias del 2013? Muchos creen que si y no obstante eso, Gioja, que es consciente de ello, insiste en la misma táctica. ¿Por qué? La respuesta la aporta él mismo en su discurso: “No son tiempos de andar pensando a quién le voy a pegar un codazo porque dice que va a ser candidato a tal o cual cosa”. Un partido supuestamente democrático no tendría que funcionar a “codazos” pero bueno, el conoce mejor que nadie los bueyes con los que ara.
Lo concreto es que Gioja pide tiempo, y realmente necesita tiempo porque su situación no es buena. Ya renunció la Ministra de Educación de la provincia, tiene las finanzas en alerta, la economía hace aguas por todos lados, cierran negocios, cierran empresas industriales, la agricultura tuvo una mala temporada y de la minería ¿para qué recordar?
En el plano político a nivel nacional está definido que Cristina no sigue, pero no está definido quién sigue. En el PJ tiene mucho consenso Scioli, y si va el gobernador de Buenos Aires para presidente seguro que Gioja lo acompaña como no lo haría con Randazzo o Taiana, en una eventual interna del FPV. Hasta que este panorama tome color, y posiblemente lo haga para marzo del año que viene, Gioja quiere ser cauto, no puede levantar polvareda y enemistarse con el kirchnerismo, no quiere adelantar si se va como vice, senador o pelea una re re re en la provincia.
Entonces, como ya nos tiene acostumbrado usa su doble perfil de héroe y víctima, y juega con su estado de salud para sacar ventajas. “Gozo de buena salud, me operan a fin de año”, es doble mensaje es el chivo expiatorio que utiliza para mantener a su interna controlada y a la provincia entera expectante de su resolución. Lo que realmente está esperando el gobernador es ver cómo sale él de la operación, que se dice sería en EEUU y no en Buenos Aires, concretamente si va a tener capacidad para algún puesto nacional.
