Según Ecolatina, la situación del mercado laboral es delicada. "Los problemas no empezaron ni con la devaluación de enero ni con los holdouts". "En los últimos cuatro
años la creación de empleo privado registrado fue baja", afirma un informe publicado por la consultora. Asimismo, "el porcentaje de empleo en negro no se redujo y el principal contratante fue el sector público", vale decir: el Estado.
Las políticas que el Ejecutivo aplicó a comienzos de año (devaluación con posterior estabilización, aumento de la tasa de interés, topes salariales) fueron efectivas en cuanto a su objetivo (controlar el frente cambiario), pero tuvieron efectos colaterales en materia de inflación (se aceleró) y actividad económica (se resintió).
En el informe publicado por Ecolatina en su sitio oficial, explican que "el mercado laboral, que ya venía arrastrando problemas especialmente por la baja creación de puestos de trabajo de calidad, sintió el impacto: en los primeros meses del año se observó una reducción de las horas trabajadas y suspensiones en actividades puntuales".
En 2014, el Índice de Horas Trabajadas de la industria (IHT) cayó 0,9% i.a. en el primer trimestre y profundizó su descenso en el segundo (-3,4% i.a.). Si la demanda o las expectativas siguen sin repuntar, las empresas utilizan las suspensiones para acotar temporalmente los costos asociados a la mano de obra. De hecho, y en línea con los datos puntuales que trascendieron, se conoció que en junio la tasa de suspensiones fue la mayor desde la crisis de 2009 (de cada mil trabajadores 6,6 fueron suspendidos).
El despido suele ser una decisión de última instancia a la cual se acude si se considera que la disminución de la actividad no es transitoria sino que se extenderá o profundizará con el tiempo. Si el shock es percibido como temporal no debería incrementar significativamente el número de despidos, no sólo por los elevados costos asociados de rescindir un
contrato sino también por la inversión necesaria para su posterior reincorporación (tiempo y dinero en selección y capacitación de personal).
En la actualidad no se evidencian despidos masivos, pero los últimos datos del Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones (SIJP) son preocupantes: en el primer trimestre se registraron 20.000 puestos menos de trabajo en el sector privado formal. Asimismo, es posible prever que esta tendencia haya seguido en el segundo trimestre ya que el índice
de obreros ocupados de la industria (IOO) cayó 2,2% i.a. en abril-junio, mientras que el número de trabajadores registrados en la construcción cayó 3,3% i.a. en mayo (equivalente a 13.300 puestos).
La caída en el número de empleados formales no necesariamente implica que esos puestos se hayan destruido, ya que una parte puede haber pasado a ser informal. De hecho, el porcentaje de asalariados sin descuento jubilatorio se ubicó en 32,8% en el primer trimestre, creciendo casi 1 p.p. frente a igual lapso de 2013 (implicando que 170 mil trabajadores
pasaron a formar parte de la economía no registrada). Obviamente, el aumento del empleo informal también surge como un síntoma de la precaria situación del mercado laboral.
Resulta claro que son preocupantes los datos registrados hasta el momento en materia de horas trabajadas, suspensiones y puestos de trabajo privados. Sin embargo, lo más importante es dilucidar si esta incipiente tendencia negativa se profundizará o revertirá. Para ello, la clave estará en las expectativas, que son las que definirán la trayectoria tanto de las nuevas contrataciones como de las horas, suspensiones y despidos.
Y es aquí donde se abre un interrogante, ya que si bien según un reciente informe del Ministerio de Trabajo el 5% de las empresas cree que su dotación de personal disminuirá, en 2013 este número era 3%. En cuanto a la creación de empleo, en junio sólo 6,5% de las empresas preveía aumentar su dotación, cuando en mismo mes de 2013 esa cifra era de 8%. A esta baja proporción se le suma que disminuyó la previsión de contratar empleados no calificados, los cuales presentan mayor nivel de desocupación y representan un elevado porcentaje sobre el empleo total.
Y si bien según el INDEC la desocupación disminuyó en el primer trimestre de 2014, hay elementos que muestran rasgos opuestos.