Mensaje navideño de la Iglesia: Alerta por la “corrupción” en el país

Los obispos reunidos en la 169º Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Argentina enviaron un mensaje de Navidad a todos los argentinos bajo el nombre "Y en la tierra paz a los hombres". Allí, la Iglesia emitió un duro documento donde afirma que “la corrupción y la falta de ejemplaridad empobrecen el nivel moral de la sociedad”. El gobierno relativizó la acusación.

En momentos en que miembros del Gobierno y la propia familia presidencial están jaqueados por investigaciones judiciales acerca de su comportamiento económico, la Iglesia salió ayer a advertir sobre “la corrupción y la falta de ejemplaridad” en el país. Y señaló que esta situación “empobrece el nivel moral de la sociedad”. Fue en un mensaje de Navidad en el que también alertó ante la acechanza del “odio que cierra el camino a la reconciliación”, y llamó a trabajar cotidianamente por la paz.

La advertencia de la Iglesia se produjo luego de que la Justicia procesara al vicepresidente Amado Boudou por falsificación de los documentos de un auto. Y de que fuese allanada la Inspección General de Justicia en busca de información sobre sociedades vinculadas a la familia Kirchner. Pero también cuando presuntas sociedades y cuentas bancarias que pertenecerían al empresario Lázaro Báez, ligado a la familia Kirchner, son investigadas aquí y en el exterior.

La ofensiva judicial provocó la airada reacción de la presidenta de la Nación, que el sábado, durante un acto en la Casa Rosada para celebrar los 31 años de la vuelta del país a la democracia, denunció que su gobierno estaba siendo víctima de una persecución judicial. Y dijo que no tiene “nada qué ocultar”, en una implícita alusión a las investigaciones que realizan los fondos buitres para presionarla con el fin de que el país pague sus bonos que en default.

El mensaje -titulado “Y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad”- fue difundido al término de la última reunión del año de la cúpula del Episcopado, que sesionó el martes y ayer en esta capital. Trascendió que sus máximas autoridades, encabezadas por monseñor José María Arancedo, como fueron elegidas en noviembre por todos los obispos del país, le pidieron a Cristina una audiencia para presentarse, lo que se concretaría el lunes.

Desde el Gobierno, dijeron que la advertencia tiene que ver con el ámbito privado. Jorge Capitanich expresó que "la preocupación del episcopado tiene que ver con la corrupción privada". Y puso como ejemplos la sobrefacturación de importaciones, subfacturación de exportaciones, evasión fiscal y lavado de activos, por parte de "grupos económicos y empresas transanacionales", que han sido denunciadas.

En el texto, los obispos afirman que la paz “es un don que tiene su fuente en Dios y su camino en Jesucristo”, pero que es “un desafío y una tarea para todo hombre y mujer de buena voluntad”. Con todo, señalan que “lo que compromete la paz tiene su raíz en el corazón del hombre herido por el pecado. Vemos sus consecuencias –añaden- en los desequilibrios sociales económicos que reclaman un orden mundial más justo”.

También lo ven “en el desprecio por la vida que es el derecho fundamental de la persona; en el delito del narcotráfico y la trata de personas; en los fanatismos que utilizan el nombre de Dios para justificar la muerte; en el odio que cierra la vía a la reconciliación; en la corrupción y la falta de ejemplaridad que empobrece el nivel moral de la sociedad; en la cultura individualista que debilita los vínculos personales y los lazos comunitarios”.

Además, lo observan “en un modo de pensar que privilegia el éxito de tener sobre la riqueza del ser y sus valores. Navidad es el sí de Dios al hombre para acompañarlo a crear un mundo más humano, justo y fraterno”. Y terminan citando una parte de la Oración por la Patria, escrita con ocasión de la crisis de 2001: “Danos, Señor, la valentía de la libertad de los hijos de Dios para amar a todos sin excluir a nadie, privilegiando a los pobres y perdonando a los que nos ofenden, aborreciendo el odio y construyendo la paz. Concédenos la sabiduría del diálogo y la alegría de la esperanza que no defrauda”.