desde Jáchal
(Y lo que nos quieren dar a probar, para mí, tiene gusto bastante amargo).
Por lo visto, nuestra capacidad de asombro no conoce límites. Cuando pensábamos que ya lo habíamos "visto" todo, descubrimos que siempre hay cosas ''nuevas'' por descubrir.
Y no se trata de ser ilusos o comprar un discurso o espejitos de colores, pero estamos quienes todavía queremos creer en las leyes que han sido pensadas, escritas y dictadas para ser cumplidas y no para convertirse simplemente en letra muerta. Quienes estuvimos el día lunes 24 en la asamblea de la localidad de La Ciénaga para asistir a la reunión pedida por la empresa que esta haciendo exploraciones de uranio en la zona, empezamos a darnos cuenta de que habían muchas cosas que no estaban del todo claras, pero aún así guardábamos una mínimo margen de esperanza de que algo podría cambiar si toda la comunidad se involucraba y se comprometía.
Entre las cosas que nos llamaron la atención a quienes siempre estamos tratando de ver debajo del agua, estaba el hecho de que la reunión estaba pensada sólo para los pobladores cieneguinos y que son entre diez y doce personas. No habían sido invitadas las autoridades municipales (entiéndase por ello el intendente y los integrantes del concejo deliberante) como así tampoco las autoridades del departamento de hidráulica, sobre todo teniendo en cuenta de que esta explotación precisa de una concesión de agua para ser viable.
En la jornada del día miércoles 25 y ante la requisitoria periodística el intendente del departamento, Jorge Barifusa, dejó en claro su molestia por el hecho de no haber sido informado de lo que estaba pasando. Y dicha molestia no sólo estaba referida a la citada reunión sino que el hecho más grave tenía que ver con su desconocimiento (al menos es lo por él manifestado) en lo que hace a la exploración que se esta llevando adelante y para colmo de males en un área natural protegida. En otras palabras se sintió ''puenteado'' y ninguneado por las autoridades del gobierno provincial; gobierno al cual Barifusa precisamente pertenece y con el cual ha mantenido un alineamiento obediente durante los últimos ocho años.
¿Qué hacer entonces de cara a esta inesperada ''bomba'' que le ha explotado en las manos sin siquiera esperarlo? Casualmente en la jornada de ayer Jueves 26 tenía que hacerse presente en la ciudad de San Juan para la apertura de sobres de las segunda etapa de la obra de cloacas del departamento Jáchal, ocasión más que propicia para trasladarle su molestia al gobernador Gioja y exigirle las explicaciones pertinentes al ministro de Minería, Felipe Saavedra, amén de su compromiso de recabar todos los antecedentes, expedientes y demás yerbas relacionadas con este nuevo entuerto en el que se ve envuelto y que causa el descontento de los jachalleros.
En el medio se conocieron declaraciones del secretario de medio ambiente de la provincia donde manifestaba de que los permisos y la concesión para este nuevo emprendimiento minero habían sido otorgadas con anterioridad a la declaración paraje de La Ciénaga como área natural.
También el ministro de Minería, Felipe Saavedra, tuvo declaraciones poco afortunadas (y ''casualmente'' bastante alineadas con el discurso oficial y verticalista nac&pop) Manifestó sus dudas respecto de las molestias que esta actividad despertaba en el departamento norteño e insinuó sin disimulos de que esto tenía tufillo a movida e intereses políticos. ¿Estará este mal hijo de esta tierra que lo vio nacer y de la cual por lo visto reniega con sus actitudes mercantilistas, tildándonos de destituyentes o enemigos del modelo que el descaradamente defiende sin tapujos?
Otro que habló en una entrevista radial con una emisora (la de los 40 millones) del departamento fue el diputado Horacio Espejo, quien también casualmente tuvo grandes coincidencias con lo manifestado por los dos anteriores funcionarios mencionados. ¡¡Pura casualidad tal vez!! Nos quedaba saber como le había ido al intendente Barifusa en el enérgico reclamo que haría en la mañana de ayer frente a a las autoridades provinciales y de acuerdo a lo por él manifestado unas horas antes. Al mediodía del Jueves y por intermedio del matutino provincial Diario de Cuyo tuvimos la respuesta clara y contundente al citado interrogante: El ministro de Minería, Felipe Saavedra, cruzó al intendente jachallero y le dejó los tantos en claro la secretaria de minería no tiene nada que informar porque para eso disponen de una página web donde se publica todo lo referido a las actividades inherentes a la citada secretaria. Mas allá de ser un ''argumento agarrado de los pelos'' y fuera de toda lógica se ve que Saavedra desconoce el pésimo funcionamiento del servicio de internet en Jáchal... ''a vela'' igual que su propio razonamiento.
También fue sumamente claro en lo referido a la imposibilidad de llevar adelante cualquier tipo de actividad en una zona que es área natural y menos una actividad contaminante y peligrosa como una explotación minera. Al respecto dijo que esta no es un Área de Reserva Estricta por lo que cumpliendo con ciertos protocolos hay actividades que son posibles. Habló de derechos adquiridos por parte de la empresa, permisos otorgados en un todo de acuerdo a la ley, pero no dijo porque no se hizo una audiencia pública, paso imprescindible para autorizar este tipo de empredimientos.
Tampoco conocemos el informe de impacto ambiental que, se supone, esta empresa tiene; al menos eso ha manifestado la empresa... En definitiva acá (y me refiero al gobierno provincial) las cosas se hacen a como venga, por las buenas o por las malas y como en este caso con forceps, los funcionarios están por arriba de las leyes y hacen lo que hacen de puro guapos nomas.
Los ciudadanos sólo sirven a la hora de votar y después las opiniones de los mismos son prescindentes. No importa si están en juego la salud, el medio ambiente o el lugar donde viven. Los interés particulares de unos pocos están por encima del interés general de todos. Por eso decía que estaba todo cocinado. Y sobre todo condimentado a gusto de los dos o tres ''cocineros'' que desde hace rato nos están metiendo en el horno para que seamos como siempre el pato de la boda.
