Al kirchnerismo se le vieron las enaguas

Por Carlos Blanchet 
Dicen que las mentiras tienen patas cortas y que tarde o temprano nos enteramos de todo. Esta vez bastó sólo una tarde y la mentira quedó al descubierto. La mentira tiene patas kirchneritas entonces, una nueva manera de mentir.

La mentira ya ni patas tiene con el Movimiento Nacional y Popular en argentina sino es coja. No es que me sorprenda viniendo de los peronistas sino que pensaron que no llegaría el recuento de votos. Relato al máximo. Estos días escuche cada pelotudez que verdaderamente fue vergonzoso. Primero las encuestadoras: Tipos que ya ni siquiera trabajan, hacen el dibujito, miran encuestas pasadas, refritan alguna vieja con un poquito de barniz y la despachan. Ya no hay respeto ni por los mismos que les dan de comer. Ya nadie labura en este país. De ahí a los medios y ahí baja a la gente, el pueblo, sociedad o como mierda nos dirán ellos.

Segundo, en termino país, el apoyo incondicional de Fernández de Kirchner a Insaurralde en esa suerte de pensemos argentinos en el insaurrelismo del futuro. Qué estúpido. En San Juan José Gioja tirando la cadena provincial de la única lista que participaba: ¿Interna? Qué tonto es todo. Esto no es política. Ni mucho menos cerca de la teoría política maquiavélica que todo pibe de La Cámpora, Kolina y JP aduce a su líder bajo su mirada transparente de emoción en un acto. Qué triste; qué fácil.

Tercero, los periodistas monitos, de los cuales hablé en la última entrega para este diario: siempre lo mismo, las mismas palabras, las mismas idioteces, los mismos supuestos, los mismos guarismos, las mismas ventajas y los mismos porcentuales por sobre el segundo del primero. En síntesis, las mismas bocas.

Cuarto, ya no hay cuarto. Ya no hay cuarto oscuro, ya no. Sólo translucido como las enaguas del kirchnerismo. Que translucen una insolvencia como ninguna. Sino mirá Córdoba, Santa Fe, Mendoza y Buenos Aires. Las grandes ciudades han reflejado que la insolvencia kirchnerista no puede contenerlos. Y aquellas provincias postergadas por el propio feudalismo peronista en la argentina muestran una vez más que ganó el voto oficial para no seguir siendo postergadas; por ellos mismos. Qué bárbaro.

Es cierto que el Frente para la Victoria es la primera fuerza política en el país. Como también es cierto que muchos partidos, inclusive de la oposición, presentaron una sola lista: ¿Internas? Qué ridículo. Como también es cierto que hay dos países; el pobre de los peronistas y el rico del otro peronismo. Qué vergüenza.

Se ha hablado mucho de la mentira a lo largo de la historia como también se hablado mucho del peronismo. En el primer caso si es ética, moral y necesaria y en el segundo si es necesario, moral y ético. De hecho, de Maquiavelo para acá también estuvo en jaque el tema de la mentira en la filosofía política. Se me ocurre nada más gráfico que aquel cuento del Siglo XVIII del traje del rey: Los cortesanos falseando una prenda invisible y haciéndole creer al rey una sublime. Hasta que un niño se percata de la absurda desnudez.

Al kirchnerismo estas elecciones se le vio la ropa interior. Y más allá de las encuestas, los medios, el relato, los feudos, el símil posicionamiento de cara a octubre, no logrará falsear lo invisible. Porque ya mintió con estas elecciones. Como mintieron aquellos cortesanos. Y como en aquellos cuentos todos sabemos: El engaño, la calumnia y la trampa son sinónimos de la mentira y el ocaso.