Esperando la carroza

Por Ernesto Lloveras 
Es increíble que luego de haberse publicado todas las pruebas de hechos de corrupción que se estarían cometiendo en el ministerio de Turismo, ningún fiscal, funcionario del Tribunal de Cuentas, o de cualquier otra área de gobierno, haya impulsado algún tipo de investigación al respecto. Los medios también se han convertido en cómplices por omisión, al guardar silencio de semejantes maniobras. Pero más increíble son las declaraciones del Presidente del Tribunal de Cuentas de San Juan, doctor Isaac Abecasis, quien sin ponerse colorado acaba de afirmar en Diario Huarpe que dicho organismo no es competente para investigar si se vende o se compra entre familiares ligados a la Administración Pública, olvidando el primer deber de todo funcionario público: denunciar cualquier hecho que ingrese a su esfera de conocimiento y que pueda constituir delito.

Como ciudadanos también lo podríamos hacer, y de hecho en lo personal estoy impulsando varias denuncias penales en la esfera del Departamento de Hidráulica, por expedientes mal llevados, en lo referente a la construcción de una megacementera en Pocito. pero sin duda, son los miembros del ministerio público, es decir, los FISCALES, y mucho mas los miembros del Tribunal de Cuentas, los que cuentan con los medios técnicos y humanos para llevar adelante una investigación seria y con todas las garantías que otorga la Constitución Nacional.

Es grave que el titular del tribunal de Cuentas, siendo inclusive abogado, y dirigiendo a mas de cien profesionales dedicados exclusivamente al Control público externo, piense que su organismo no tiene ningún tipo de responsabilidad, ni competencia en profundizar estas investigaciones, cuando existe la publicación de facturas, nombres y apellidos, datos de lugares, tiempos y modos, servidos para facilitar cualquier investigación por parte de los delegados Fiscales. es increíble que existan decenas de organismos públicos, con altos sueldos dedicados presuntamente al control de las arcas públicas, y nadie denuncie nada.

Que los medios de difusión y los periodistas chupapautas miren para otro lado, ya no nos asombra para nada. Pero que las cabezas principales de las oficinas de control, defiendan la teoría de la Impunidad Funcional, no condice con la democracia que los argentinos nos gusta pregonar, pero que cuando tenemos que ejercitarla, miramos para otro lado.