La inflación se come el billete: Lo que en 2007 se compraba con 27 pesos hoy cuesta 100

Se duplicó su cantidad en circulación en los últimos tres años, pero su poder adquisitivo se redujo en tres cuartas partes.

Hay un insólito boom de ventas de máquinas contadoras de billetes. De diciembre de 2007 a marzo de 2014, el billete de $100 perdió tres cuartas partes de su capacidad adquisitiva: hoy vale $27, según una proyección realizada por la consultora económica Abeceb.com. Un proyecto en diputados propone crear billetes de 200 y otro de 500 pesos.

Ni los dos modelos de país juntos que simbolizan los rostros de Julio Argentino Roca y María Eva Duarte de Perón pueden sostener su poder de compra. Apretujados en el bolsillo de los ciudadanos, los dos relatos oficiales contenidos en los billetes de 100 pesos no logran una síntesis, y menos la estabilidad: la pérdida de valor es una constante desde 2007, cuando el Gobierno pedía apostar al peso, sin decir que iba a ejecutar una profunda devaluación. También en la web puede encontrarse una explicación sencilla de la situación, como la que figura en el manual para docentes y alumnos “Descifrando la economía” , elaborado por el Banco Central.

Durante estos años de inflación escondida por los índices oficiales, que decían hasta setiembre pasado que una familia podía comer con 6 pesos al día, se imprimieron billetes a una velocidad impropia para períodos de estabilidad. Según informes del BCRA, tanto la cantidad de billetes de $50 como la de $100 se duplicaron en los últimos tres años. En junio de 2011, circulaban entre el público y los bancos 177,4 millones de billetes de $50, mientras que hoy hay 333,8 millones de unidades.

Más gráfico aún, por volumen, es el caso de los billetes de $100: en junio de 2011 había 1.242,9 millones de unidades, pero en marzo de este año ya circulaban 2.431,2 millones de billetes, con Roca y Evita evocando “La Conquista del Desierto”, por un lado, y la lucha “por los derechos de los trabajadores, humildes y desprotegidos”, por el otro, según se lee, lupa mediante, en los reversos.

Un billete de $100, que tiempo atrás daba sensación de ahorro, hoy se cambia por dos docenas de facturas. Hasta alcanzaba -si se toman como referencia los precios difundidos por el Gobierno- para comprar 40 kilos de pan en agosto de 2007, cuando se decía que estaba a $2,50; y ahora alcanza apenas para 5,5 kilos, ya que el precio cuidado es de $18.

“Al imprimir cinco billetes de 100 en vez de uno de 500, se produce un despilfarro de los recursos públicos. Se han complejizado operaciones sencillas, como la recarga de cajeros automáticos o el pago de una deuda ordinaria, además del aumento grosero de los costos de emisión monetaria del BCRA, que, en los últimos años, subieron un 150 por ciento”, señala el diputado socialista Roy Cortina, que impulsa un proyecto donde propone crear un billete de $200 con la cara de Mariano Moreno y escenas de la Revolución de Mayo; más otro de $500 con Alfredo Palacios como símbolo principal. Pero la emisión de nuevos billetes “no es un tema en estudio del Banco Central”, señalaron a Clarín voceros de la entidad. En la Casa de Moneda, además, se estima que el proceso industrial para preparar una nueva emisión demanda al menos un año, algo que coincidiría con el último tramo de la administración Kirchner.

La inflación no es un invento de este Gobierno. Muestra es que, desde 1983, el peso ha perdido 10 ceros, como una canasta a la que se le van cayendo las manzanas. Pero sí los billetes son un símbolo clave de la economía, que para ser exitosa debe apoyarse en la confianza de la gente. La presidenta de la Casa de Moneda, Katya Daura, ha dicho que su idea es ir retirando los billetes con la cara de Roca para el 2015. Y que para entonces sólo queden los de Evita. Son billetes que, al dorso, están firmados por Amado Boudou.