La sociedad venezolana y la vecindad del Chavo del Ocho

Por Marcos Camargo 
(vive en Guanare, Portuguesa, Venezuela) 
Para entender la sociedad venezolana: 10 al 15 % vive como el Chavo del Ocho, son el sector de pobreza extrema (pasan la vida buscando que comer).

El 25 al 30 % vive como don Ramón, sector pobre de la sociedad (no tiene para pagar los servicios); 25 al 30 % vive igual que doña Florinda, clase media baja venida a menos con el socialismo del siglo XXI (aunque no permite que por nada del mundo disminuya su autoestima ni el orgullo y nunca deja de tener esperanzas), el profesor Girafales por no ser del PSUV tampoco se le reconocen sus méritos profesionales y terminará con Doña Florinda sobreviviendo donde no merecen vivir. Ahora el profesor Girafales conquista a doña Florinda con tulipanes y rosas de plástico porque la producción agrícola de flores naturales desapareció en el país. Don Barriga es de la clase media alta, representa el 10 al 15 % de la sociedad venezolana y a aquellos boliburgueses que se han beneficiado con guisos y marañas del gobierno. La bruja, doña Cleotilde no tiene problemas, su arte le permitió infiltrarse con los babalaos y paleros cubanos y hasta es bien recibida en Miraflores.

Ahora todos se organizan para vigilar la llegada de productos regulados de primera necesidad a los chinos de la vecindad. Cuando llega alguno, se informan tocando una cacerola que cuelga de la puerta de la casa de la bruja, además con gritos desgarradores del Chavo, para eso don ramón siempre le da un peso. Salen todos en bandada a acomodarse en la cola que atraviesa todo el DF, luego hasta revenden los productos sobrantes entre la gente que trabaja y el abasto de la esquina, que es de un portugués. En el patio de la vecindad siempre hay un bullarangon, el Chavo juega a las patadas de latas de sardinas ecuatorianas y latas de leche de Argentina; la Chilindrina se entretiene con una muñeca prieta colombiana y Kico se luce con una pelota grandota traída de Brasil. Kico recibió una canaimita y la chilindrina se la dejo caer en la escuela por su chocantería de riquito consentido. La canaimita de la Chilindrina la empeñó don Ramón para comprar jabón de panela y caraotas en el abasto.

El Chavo no recibe beneficios por que siempre se esconde cuando llegan los camisas rojas del gobierno, Kico lo asustó y anda con miedo de no perder el barril porque el gobierno acostumbra expropiarlo todo. El 5 al 10 % de la sociedad venezolana no aparecen por la vecindad, sus riquezas y lujos solo los ven por televisión y en las páginas sociales de los periódicos. Cuando se constituyó el Consejo Comunal de la vecindad del Chavo adivinen quien se atrevió a ser el vocero principal: Don Ramón, con el visto bueno de doña Florinda y la bruja, que ahora está más enamorada que nunca. Maduro prometió visitarlos, adivinen donde será el sancocho, con brindis y todo, en la casa de don Ramón. Todos le prestarán trastes y muebles y Doña Florinda irá al salón de belleza para haber si se lo quita a la primera combatiente, que no tiene ni sal ni azúcar.

Ahora en la Vecindad la cosa está dura, Don Ramón, vocero principal del Consejo Comunal y demás voceros piden disculpas públicas en nombre de los vecinos de la Vecindad del Chavo del Ocho, ya que nunca pertenecieron a la Revolución Bolivariana, se pusieron las camisas rojas solo para optar a becas del gobierno. Como los obligaban a ir a las marchas, asistir a las reuniones del Consejo Comunal y pertenecer al colectivo del barrio, se cansaron y se aburrieron. Ahora hacen guarimbas para impedir el paso del Señor Barriga, los camisas rojas y la Comisión Presidencial del socialismo. Sueñan con el capitalismo salvaje y recuerdan que antes eran felices y no lo sabían.

camargmh@gmail.com
(Profesor universitario jubilado).