Cristina habló en cadena tras la negativa de la Corte de EE.UU.: "La Argentina no va a defaultear su deuda reestructurada"

Por cadena nacional, la presidenta cuestionó la decisión del máximo tribunal norteamericano respecto de la disputa entre el país y los "fondos buitre". Sin dar precisiones, pidió "distinguir lo que es una negociación de lo que es una extorsión", en relación al pedido de pago de los holdouts. La bolsa, el dólar y los bonos vivieron un día negro tras el fallo.

Tras del rechazo de la Corte Suprema de los Estados Unidos a la apelación de la Argentina en el juicio con los fondos buitre, la presidenta Cristina La Muchacha Progre Kirchner brindó un discurso que se transmitió en cadena nacional de radio y televisión. En el primer pasaje de su alocución, poco después de las 21, la mandataria calificó a la deuda externa como "el cepo más formidable que atentó contra el crecimiento y desarrollo de la Argentina, que generó pobres, atraso, falta de inversión en infraestructura".

Luego realizó un repaso de los avatares de la deuda que, destacó, "creció exponencialmente a partir de 1976". Y enumeró las diferentes políticas económicas que emplearon los sucesivos gobiernos durante las últimas décadas para pagarla. En particular, se refirió al Blindaje y al Megacanje. Explicó con detenimiento cómo se implementaron, describió su "fracaso" y criticó a la justicia argentina por "haber dejado prescribir" el caso contra uno de los impulsores de la operación que se realizó durante el Megacanje, David Mulford.

"Es curiosa la velocidad de algunos jueces, camaristas y fiscales en causas mediáticas y políticas [...] no puedo dejar de cotejar esa velocidad con la inacción de fiscales, jueces y camaristas que permitieron prescribir una causa que ocasionó semejante perjuicio al país", dijo.

Cristina también citó al ex presidente, Néstor Kirchner : "La Argentina sin acceso al mercado de capitales por primera vez empieza, sin bicicleta financiera, a pagar su deuda con recursos genuinos y propios de su desarrollo", enfatizó.

Describió el accionar de los holdouts , mostró gráficos para exhibir sus ganancias con la compra de bonos, y lanzó: "Ni en el crimen organizado hay una tasa de retorno de 1608 por ciento en esa cantidad de tiempo", dijo, sobre los beneficios obtenidos por los fondos buitres entre 2008 y 2014.

"Algunos dicen, «¿por qué no pagarles y terminar con todo ya?». Porque hay otro problema, más grave. Hay un siete por ciento que, si aceptamos este criterio, estaría en condiciones de exigir cobrarle a la Argentina, ya y ahora, 15 mil millones de dólares. Esto es más de la mitad de las reservas del Banco Central . Como se verá, no sólo es absurdo sino imposible que el país destine más del 50 por ciento de las reservas de su Banco Central en un solo pago a acreedores", añadió.

La Muchacha Progre ratificó que la Argentina "tiene voluntad de pago", recordó los recientes acuerdos con la petrolera española Repsol y con el Club de París , y dijo: "Hay que distinguir una negociación de lo que es una extorsión, son dos conceptos diferentes. Todo dirigente tiene que estar dispuesto a negociar. Lo que no puede hacer un presidente de una nación es someter a su país y a su pueblo a una extorsión semejante. Quiero dirigirme a los millones de argentinos, pero también al 92 por ciento de los acreedores que creyeron en la Argentina, que va a cumplir con sus obligaciones. No va a defaultear su deuda reestructurada. Estamos dispuestos, como siempre, a que entre a ese canje el cien por cien de los acreedores de la Argentina. Porque la vocación de la Argentina es pagar, lo hemos demostrado", clamó.

Insistió con el mensaje de confianza al 92 por ciento de los acreedores: "Les vamos a pagar. He instruido al Ministerio de Economía y a organismos técnicos para que dispongan instrumentos y estrategias para que todos los que confiaron en la Argentina reciban su dinero", expresó.

Por último, aseguró que "esperaba este fallo". "Se está convalidando una forma de dominación mundial y financiera para arrodillar a los pueblos, donde no es necesario explotar a nadie. Basta que haya gobiernos dispuestos a hacer megacanjes, blindajes, y a negociar comisiones para que este negocio siga prosperando con la sangre, el hambre y exclusión de millones de jóvenes. Queremos cumplir y honrar nuestras deudas pero no queremos ser cómplices de esta forma de hacer negocios que algunos quieren instalar", culminó.

Por su parte, la cotización del dólar rebotó en sintonía con la decisión de la Corte Suprema norteamericana. La divisa oficial cotizó a $8,16, mientras que el blue trepó hasta los $11,70. El cimbronazo también se sintió en la Bolsa porteña, donde el Merval cayó un 5,2%, impulsado por las mermas en papeles como Pampa (-9,9%), Edenor (-9,5%), Telecom (-7,4%) e YPF (-6,5%). Como si eso fuera poco, el Riesgo País también pegó un salto y creció un 8%.

Especialistas estadounidenses opinaron que el país se está quedando sin opciones legales. La reconsideración del caso (rehearing) es considerada un recurso "fútil", llamado a no tener futuro. "La última vez que la Corte dio un rehearing fue hace quince años. No creo que lo vaya a dar para este caso. Son recursos que existen como formalidad, pero no son operativos", se indicó.

El plazo que tiene para pedirlo es de 25 días. Pero ese plazo no significa necesariamente garantizar que, durante ese tiempo, se mantendrá la cautelar (stay) que en este momento impide la ejecución de los fallos adversos que ya tiene el país.

Sin muchas opciones legales por delante, lo que se apunta aquí es a una posible negociación contra reloj con los fondos demandantes. Una que, de ocurrir, significaría para la Argentina llegar desde una posición de debilidad.

El diagnóstico coincidente es que, en este momento, los recursos legales que le quedan al país son francamente escasos y que, ante ese escenario, sólo entran las decisiones políticas.

La decisión del máximo tribunal norteamericano tuvo un impacto inmediato en el mundo financiero. En la Bolsa de Comercio porteña, los papeles líderes cayeron hoy 10,10 por ciento promedio (con pérdidas mayores a 20 por ciento). En el mismo sentido, los bonos soberanos tuvieron caídas superiores al 12 por ciento, especialmente aquellos que están bajo jurisdicción de Nueva York.