Por Lucas Carrasco
Naturalmente, la vieja no caza una ni en su zoológico: el mundo financiero se le cagó de risa de su giro a la derecha, tras andar regalando el país a cuanto acreedor aplauda a
Kicillof.
La planificada nueva devaluación durante el Mundial, no podrá ser. Pues ahora hay que pagarle a los ex buenos Fondos Buitres que volverán a ser los malos para ATECÉ.
Y como hay que pagar en Nuñez Carmonas constantes y sonantes con la cara de Washington, una nueva devaluación que baje los salarios y traspase ganancias al sector
oligárquico obligaría a un ajuste mayor al ya pronunciado giro al neoliberalismo.
La salida más reaccionaria -y lamentablemente, la más probable- es que cuando se levante de la cama presidencial la Licenciada Errante, pasado el mediodía, deje trascender que le pasará la cuenta al próximo gobierno, tal como ya hizo con el regalo a YPF y al Club de París. Y por la noche, tras desayunar, brinde un ridículo discurso antimperialista donde baje varios decibeles del papelón mundial de ayer. Y se desdiga. Pero bue, sea leído ese discurso por un antimperialismo responsable, digamos. Je.
En fin, un nuevo megamelodrama donde todo el mundo es culpable de que la vieja no labure y lo que haga lo haga mal. Y naturalmente, en cualquier variable de la situación, los trabajadores pagaremos el costo. Todo muy patriotero y convenientemente elegante pero la cuenta de la oligarquía política y la oligarquía económica nos llega siempre a nosotros.