Fue el emotivo primer encuentro donde la titular de Abuelas de Plaza de Mayo se reunió con su nieto, luego de 37 años. Se juntaron en un lugar reservado en La Plata, donde también participaron otros familiares. La alegría no es sólo brasilera.
"Chau, abu", le dijo Guido a Estela de Carlotto anoche al despedirse, cuando finalizó el primer encuentro que mantuvieron apenas un día después de se conociera la verdadera identidad del joven, que el martes se convirtió en el 114° nieto recuperado de las Abuelas de Plaza de Mayo. La reunión de ayer fue en La Plata, durante la tarde, en plena reserva y fuera de la mirada de los medios de prensa. La titular de la entidad de derechos humanos, cuya hija Laura dio a luz a Guido hace 37 años en pleno cautiverio en el centro clandestino de detención de La Cacha, no estuvo sola junto a su nieto. En el encuentro también participaron algunos familiares y amigos íntimos.
Estela de Carlotto fue acompañada por sus hijos Claudia, titular de la Comisión Nacional por el derecho a la Identidad; Remo, presidente de la Comisión de DD.HH. de la Cámara de Diputados, y Kibo, secretario de DD.HH. de la provincia de Buenos Aires.
Guido, un reconocido músico de Olavarría llamado Ignacio Hurban, alias "Pacho", que anteayer supo que su verdadero nombre era Guido Montoya Carlotto, participó de la reunión con su mujer y algunos amigos cercanos.
Durante seis horas y media, charlaron y se emocionaron una y otra vez. Guido contó sobre su profesión de músico -como lo era su verdadero padre, Oscar Montoya, aún desaparecido-, su infancia en el paraje rural de Olavarría llamado Colonia San Miguel y su presente y futuro: está construyendo su casa y bromeó sobre que ahora tiene una abuela que lo podía defender.
"Pacho" fue criado por Juana y Clemente Hurban en el campo de Francisco Aguilar, ya fallecido, en Colonia San Miguel. Los Hurban lo llamaron Ignacio, y así lo inscribieron, en junio de 1978, en el Registro de las Personas. Ahora será la Justicia quien deberá decidir sobre la responsabilidad de los Hurban cuando les fue entregado Guido, con apenas días de vida.
Claudia relató que ante la trascendencia mediática que tuvo el caso -su nombre fue filtrado desde el Tribunal Federal N° 1, de la jueza María Servini de Cubría-, Guido "tuvo que salir de Olavarría escondido". "Por suerte lo tomó con humor, no se deja avasallar", afirmó su ahora flamante tía, qué también relató: "Hablamos de todo. El busca mucho el consenso, es sano, tiene sensibilidad social. Fue muy cálido, pero también estuvo muy bien plantado, sabe lo que quiere".
Claudia describió que Guido "es un calco a su padre" y agregó: "Yo busqué y busqué y para mí nada, pero cuando lo vea la abuela paterna [por Hortensia Ardura de Montoya, que vive en Caleta Olivia] se va a impresionar. En cambio me identifiqué con su humor, tiene un sentido del humor muy parecido al nuestro y eso me hizo acordar a mi hermana".
Planteó que, a partir de ahora, la relación irá despacio: "Estoy feliz de la vida, nos super entendimos. Vamos a ir de a poco, porque nosotros somos muchos. El se crió como hijo único en el campo y nosotros somos los Campanelli. Así que hicimos un encuentro íntimo. El es tranquilo, no ansioso como nosotros. Y es muy especial, muy inteligente".