China le tiraría una soga a Argentina

En medio de una carrera alocada donde los argentinos se refugian de la ifnlación comprando dólares y el Banco Central disminuye sus reservas a paso redoblado, como el Sargento Cabral, aceleran un acuerdo clave con China para conseguir 11.000 millones de dólares. Sería 11 mil físicos, según el léxico de Leo Fariña. El préstamo se destinaría a fortalecer reservas. El Gobierno envía una señal al mercado y espera que el blue baje. ¿Se viene el dólar yellow?

Mientras Axel Kicillof y Julio de Vido negociaban la semana pasada en Beijing que se concreten los créditos comprometidos para represas y trenes, Juan Carlos Fábrega tomaba un avión a Basilea. Y en lo que fue una agenda llena de ansiedad, según describen cerca suyo, el presidente del Banco Central se reunió ayer con su homólogo chino, Zhou Xiaochuan, con un solo propósito: que se concrete el swap por US$ 11.000 millones para fortalecer las reservas.

La tensión cambiaria de las últimas semanas es el telón de fondo de ese encuentro. En los primeros días de este mes hubo compras récord de dólares por parte de ahorristas. La AFIP vendió US$ 169 millones, cuando en todo agosto fueron US$ 260 millones. Y las reservas bajaron otro escalón, US$ 78 millones, acumulando una pérdida de US$ 2.000 millones en lo que va del año.

Por otra parte, desde la Casa Rosada, la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) y la embajada de China en Buenos Aires, trataron de restarle dramatismo a la instalación de una estación espacial de exploración de la Luna, que ya se está construyendo en Neuquén. El secretario general de la Conae, Félix Menicocci, dijo en el Senado que "no habrá personal militar de China en el proyecto" y minimizó el impacto geopolítico a nivel mundial que podría tener la presencia de una estación espacial china en la Argentina.

Volviendo a los verdes físicos, desde que la agencia de calificaciones china Dagong Global Credit Rating nos puso en la categoría de default, el swap de Beijing estaba en duda. Fábrega se vio con Xiaochuan durante la convención del del Banco de Pagos Internacionales en la que participaron más de 50 presidentes de bancos centrales de todo el mundo. Pero prudente, el Banco Central argentino informó acerca de las negociaciones por el swap: “ Se ultiman detalles”.

El swap e s un intercambio de monedas en el que China extiende un bono expresado en yuanes y Argentina otro expresado en pesos. Los voceros de Fábrega se empeñaron en aclarar que el swap no corre riesgo por el default. En el comunicado oficial no hay mención al default, salvo un párrafo final que dice textualmente: “El titular del Banco del Pueblo Chino transmitió a Fábrega el apoyo de su país a la Argentina en la controversia que se suscitó en un juzgado de los tribunales de Nueva York con los tenedores de deuda que no ingresaron en los canjes realizados en 2005 y en 2010”. Nótese que se habla de tenedores de bonos y no de fondos buitres.

Por cierto, Fábrega busca, según explicaron a Clarín en el Central, que se concrete velozmente un primer tramo por US$ 1.000 millones. El crédito es por tres años a la tasa Shanbor, un acrónimo que une Shangai con la tasa inglesa Libor y que es la que aplica china y equivale a 6% anual.

Consultados, los funcionarios señalaron que, a diferencia del swap, que firmó Martín Redrado con China en 2010 y que nunca se efectivizó, esta vez con un yuan fácilmente convertible al dólar y al euro, será más fácil. De paso, recordaron que el Central también podría tener una parte de sus reservas expresadas en yuanes como los vecinos Chile y Bolivia.

El ex presidente del Central, Aldo Pignanelli, duda acerca de si efectivamente se va a desembolsar y relativiza su efecto para calmar a los mercados. “Eso depende del volumen del préstamo. Si solo se desembolsan US$ 1.000 millones, que es lo más probable, no alcanza en una economía que está empeorando, sin dólares para pagar las importaciones y tampoco para las deudas de las empresas en el exterior. Pignanelli tiene experiencia en el tema. Cuando dirigió el Central en el dramático 2002, con una Argentina en default, solo pudo hacer uso de un solo swap de los múltiples que regían durante los 90. Fue por US$ 500 millones. Los prestó el banco Societé General y lo tuvieron que devolver a los 90 días.

En términos del economista Jorge Vasconcelos, el swap trae alivio al actual estrangulamiento por la falta de dólares. En su visión, puede ayudar a normalizar las importaciones que están afectando la actividad.