Las nuevas obras se inaugurarán para la temporada turística que se inicia. El hotel es uno de los establecimientos que fue alquilado por Lázaro El Laburante Báez.
Con absoluto hermetismo y contra reloj, en la hostería Las Dunas, de la familia Kirchner, se terminan detalles para reinaugurar la ampliación del imponente edificio color ocre con exclusiva vista sobre el Lago Argentino y aprovechar así la temporada turística que aquí ya empezó. Desde que la familia presidencial compró la sencilla hostería tres estrellas ubicada sobre la avenida Costanera, triplicaron su capacidad y convirtieron el edificio simple y sin pretensiones en una enorme mole que se recorta contra el perfil del lago.
En las últimas visitas a la localidad, la jefa del Estado supervisó la construcción del hotel de tres plantas y ordenó que desde Río Gallegos trajeran los álamos de dos metros que se plantaron en la pared que da al Oeste, para apaciguar el viento.
No fue fácil la puesta a punto del hotel: fue necesario romper la costanera para que la empresa estatal Servicios Públicos (SPSE) extendiera la red de energía que ahora necesitará el hotel ampliado. Julián Osorio, presidente de SPSE, estuvo dirigiendo la obra días pasados.
La pintura final del hotel tampoco fue sencilla. "Pagaban 1.000 pesos la habitación, un monto muy bajo para este lugar", detalló uno de los tantos pintores que pasaron y abandonaron la faena. También hubo demoras en los pagos de los jornales y algunos quites de colaboración de parte de los empleados.
Hace varios años que el "boom inmobiliario" se apaciguó en el lugar en el mundo de la presidenta Cristina Kirchner. Ya no se construyen hoteles, cabañas ni hosterías, como ocurrió entre 2003 y 2008. Hay hoteles a la venta y los tradicionales buscan mejorar sus prestaciones sin ampliar la oferta.
Sin embargo, el tercer hotel de los Kirchner se expande, al mismo tiempo que la familia acumuló polémicos ingresos millonarios.
En diciembre el empresario constructor Lázaro Báez les pagó a los Kirchner $ 3,2 millones por alquilarles el establecimiento. Desde 2009, cuando los dueños originales vendieron la hostería, todos en El Calafate señalaron a Báez como el nuevo propietario, dato que ni el empresario ni los Kirchner corrigieron hasta que el dato fue publicado en diario La Nación.
Fue el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, quien precisó en un intento de desmentir el artículo de La Nación, que "la hostería Las Dunas, que corresponde a un nombre de fantasía, es la denominación que se le asigna al inmueble identificado como CLA, en la localidad de El Calafate, provincia de Santa Cruz".
Ese inmueble, en efecto, figura en las declaraciones juradas que la Presidenta presentó ante la Oficina Anticorrupción. Pero en esas presentaciones, sin embargo, consta que los Kirchner son dueños del terreno, no así del establecimiento hotelero que allí se construyó y sobre el cual tampoco declararon que cobraban alquileres de Báez. Más aún, en El Calafate diversas fuentes del ámbito hotelero y turístico se sorprendieron al conocerse la identidad de los nuevos dueños del hotel.
La ampliación se construyó en tres niveles aprovechando la orografía del lugar que le da nombre al hotel: unas dunas de arena que terminan sobre la margen del Lago Argentino, sólo interrumpidas por la costanera aún sin concluir, cuya obra ganó Austral Construcciones, y que ya fue bautizada Avenida Costanera Presidente Néstor Kirchner.
Ayer por la tarde, operarios que no tenían identificación en sus mamelucos, pegaban baldosones en la costanera frente al hotel, en tanto que en las puertas del edificio se terminaba el empedrado del ingreso. Por su ubicación, es el único hotel que se encuentra a metros de la playa frente al lago.
La ampliación ronda los 3000 metros cuadrados, cuando la vieja hostería era de, apenas, 1000 metros cuadrados. Las habitaciones se distribuyen en los tres niveles, en dobles y triples de 20 a 30 metros cuadrados cada una. En el primer piso estará el restaurante, la cocina y una sala de reunión, en tanto que en los pisos superiores se ubicarán el bar y la sala de Internet.
Desde que los anteriores dueños lo vendieron en 2009, el hotel fue administrado por la empresa Valle Mitre -vinculada a Báez-, que, en plena recesión de la construcción hotelera, comenzó a ampliar sus instalaciones con la dirección del arquitecto Pablo Grippo. Este profesional también construyó el hotel boutique Los Sauces, de los Kirchner, y realizó algunas modificaciones a la casa de la Presidenta.
Las Dunas se suma, así, al Alto Calafate, adquirido por Néstor Kirchner en 2008 y que en diciembre pasado quedó envuelto en polémica, cuando La Nación reveló que al menos un tercio de su capacidad hotelera durante todo el año era cubierto por contrataciones que realizaba el empresario Lázaro Báez, a través de siete firmas de su entorno.
Valle Mitre se retiró del gerenciamiento de los hoteles y fue reemplazada en el Alto Calafate por IDEA SA, cuyo titular es el ex gobernador Carlos Sancho y socio de Máximo Kirchner en la inmobiliaria San Felice, Sancho y Asociados.