Happy birthday; miss president


Por Carlos Blanchet 
Beso un vaso de cerveza a las cero treinta y siete minutos de hoy jueves. Lo único certero es la incertidumbre. Mi incertidumbre, la tuya, la nuestra y la de usted también; frente al futuro de argentina. Como millones de argentinos en este momento, quiero decirle que es usted una hija de puta.

Se lo digo así de una sin rodeos y bien a lo argentino. Quizás muchos se alerten y quizás otros muchos se contenten porque pongo estas palabras acá salidas de sus bocas. Usted cree que es omnipotente cuando es peronista. Cree ser intelectual cuando es peronista. Cree ser superior cuando es peronista. Y cree ser nacional cuando es peronista. Es usted solo una fanática de usted misma, como todos los peronistas. Usted no puede ni siquiera llegar a cruzar una mesa de los más grandes pensadores de todos los siglos. A usted le faltan años luz para leer, comprender e interpretar los más distintos caminos de la intelectualidad. Usted es moda es kirsch y es tonta. Usted no quiere perder más votos hoy en día; esto lo único que le importa. Esta semana coquetea con el impuesto a las ganancias con el solo fin de convertirlos en votos a su favor en octubre. Y así desde hace un buen tiempo todo lo que pretende lo traduce en ya sin saber por mínimo como seguir adelante en el futuro. Ni usted ni sus ministros ni sus amigos empresarios saben a dónde carajo van con estas medidas traídas de la noche a la mañana. No tan sólo subestima a millones de argentinos con esa idea tan suya de arreglemos todo con plata hoy, mañana vemos. Sino que demuestra su debilidad y sus ansias de poder y más poder. Usted sabe muy bien de qué hablo: Nos la juguemos, arreglemos todo con plata hoy, logremos más diputados y de ahí “for ever and ever” por usar su “patético” modo de hablar.

No lo logrará. No es posible. Porque no es ni Clarín ni Perfil ni La Nación, es usted. Usted cansó. ¿Y sabe con qué? Con su voz, con su cara con sus formas y con su circo pago y alcahuetes malabaristas. De los cuales conozco a muchos. Más de un café he tomado con ellos y aún lo hago. Sino no hablaría como hablo. Mire esto: Hay gente dentro de su gobierno que opera con medios y a la vez como punteros políticos de la tan mentada Nac and Pop. No hablo de los populares conocidos sino de ratitas que huelen el queso y ya van por el trozo: Gente que busca gente, hacen cartelitos en las redes sociales y a la vez crean un medio para bajar guita; nuestra guita.

Dan gracia inclusive independientemente a la lástima que uno siente por ellos, porque es gente joven que desde temprana edad confunden militancia, adoctrinamiento y formación con el camino fácil, corruptor y clientelista. No es preocupante tampoco, que sigan por ese camino; los peronistas han dado ejemplo de sobra de esto: Menem, Estela Martínez de Perón, Perón y… ¿Cómo se llamaba el ex presidente? Sino que mañana esta gente no construirá un país ni un gobierno ni una nación sino más y más de lo mismo que hemos visto en los últimos sesenta años de la argentina: Un Proyecto, que no logra consolidarse porque es mejor las décadas ganadas que un gobierno que pueda contener a su pueblo. Soy un hombre que en estos momentos cumple años. Me siento argentino en el sexo de mis padres. Desde mi niñez sólo escuche en la mesa de casa la palabra inflación hasta los días de hoy. Tuve muy de cerca, a escasos metros, cuatro presidentes democráticos: Alfonsín, Menem, el otro presidente y a usted. Todos fueron progres, nacionales y del pueblo. Treinta años de democracia y ninguno aún le da en la tecla. Ni hablar de los gorilas dictadores de los setenta. Hoy como ayer es pura incertidumbre acerca del futuro de los argentinos. Y hoy como ayer ya se escucha en lo bajo su propio invento peronista: Que se vayan todos.

No se trata de plata sino de capacidad, supo decirme un amigo en Belgrano. Y está a la vista una vez más que su capacidad está agotada. No sumarán más votos en octubre por más anuncios que haga, como el que hizo esta semana, y más aún cuando la plata no alcanza en los bolsillos. Alguien alguna vez me dijo: Qué hijo de puta sos, en el mejor de los sentidos. Temo no decir lo mismo en el día de mi feliz cumpleaños; señora presidenta.