Peronismo: White trash

Por Carlos Blanchet 
Debo reconocer que volver a las líneas en la redacción de este diario es exquisito. Simón, el periodista, el amigo, el director, me recibe con una sonrisa esquiva y un café al paso, sin más, me espera la ASUS.

Pienso que si este diario fuese el Cuyo o el Tiempo, Simón sería millonario; y que si esta provincia fuera Buenos Aires, sería soberbia y estúpida. Si esto fuese Clarín, seriamos todos antipatria; y si fuésemos Página/12, seríamos amigos progres. Pero no, somos El País Diario, un diario bien escrito con profesionales que escriben muy bien, con periodistas que hacen periodismo y con cada vez más lectores. También pienso que si pienso en periodistas, amigos, millones, patria y cosas estúpidas, inconscientemente me contextualizo en argentina.

Hoy la redacción escucha Sumo y entre tanto pienso y pienso suena White trash; teléfonos y en la televisión, al mismo tiempo un video de Cristina viuda de Kirchner en su regreso después de cuarenta y cinco días de internación. Ya está, para qué más: Peronismo, White trash.

Esta basura blanca del peronismo, pienso que se da en esa imagen tan estúpida de querer ser queribles siendo sensibles a mascotas o mostrándose humanos al besar a un bebé en un acto público. Es ridículo porque ni a Perón ni a Menem ni a Cristina les funcionó esas nimias. Ni siquiera a Adolf Hitler le funcionó con su Blondie.

Ahora pienso que si Puchi y Canela, los caniches de Perón, Camilo, de Menem y Bolocco, y Simón, el caniche de Cristina, fueran la sinopsis de la sensibilidad argentina; estos políticos vernáculos están equivocados erradamente y nosotros, el pueblo, verdaderamente en la lona con esta clase de berretines estúpidos y sin sentido. Pienso también que ser un periodista millonario no viene del lado de la genialidad. Ni decir lo que queramos es ser antipatria. Ni escribir en una ASUS es lo mismo que mi Samsung. Y hacer cosas peronistas es seguir boludeando.

En Argentina todo es un papelito y es terrible. Como sociedad permitir estas sonseras de un gobierno acabado y de manotazos, no sirve; no nos sirve. Por eso voy a decir: En Buenos Aires, El Pais Diario es leído en la avenida Roca. Acá, en San Juan, en avenida Libertador y Paula Albarracín de Sarmiento. Y como tanto ellos como yo nos conocemos muy bien y hablamos todas las semanas, les quiero pedir un favor, en primera persona: Basta de boludear.

Miramos mucho, sabemos mucho, escuchamos mucho y como dice la canción que ahora escucho en la redacción, nada más lindo en el mundo: White trash in a Babylon, / White trash in a London, / White trash right here in Buenos Aires town. "Y acá en San Juan", me grita el director.