Salud Pública fuera de la ley

Por Ricardo Mazzanti 
(médico) 
Iniciemos este espacio tan limitado de libertad en democracia con una verdad triste, con mis 34 años de médico y 30 en Salud Pública, puedo objetivamente decir que la Salud Pública se ha convertido en un recurso escaso para la atención de la población en general.

Cuando digo escaso, lo digo en todos los sentidos, desde el uso de medicamentos de pésima biodisponibilidad, limitación estricta en el uso de tecnología y capacitación adecuada del personal, pocos equipos de alta resolución para diagnóstico inmediato, pésimos o nulos mecanismos de control de calidad, mala distribución y ubicación geográfica de servicios esenciales, nulo crecimiento hospitalario si se tiene en cuenta el crecimiento ponderal de la población, personal médico y para médico con capacidad ociosa y sin control de calidad por parte de ningún ente científico del Ministerio.

Sólo la estadística como única obsesión del poliministro Balverdi (es Ministro, director de hospital y jefe de la policía médica). La población de San Juan no tiene noción de los riesgos que corre su salud ante la eventualidad, solo los que padecen la historia vieja de recorrer hospitales y consultorios pueden atestiguar, para el resto, el simple rigor de este Ministro les parece suficiente para mantener el sistema funcionando, claro, en lugar de los importados en los que anda el Ministro, para usted solo un citroen 3 cv 74 y le sugiero que en lugar de gracia, que esto le provoque temor, hoy usted esta sujeto a las impiedades de la madre naturaleza y por el momento se encuentra limitado a recibir una aspirina y una curita, prueba elocuente, los miles de evacuados que no encuentran respuesta a sus dramas actuales.

Seguro se pregunta porqué todo esto, porque alguien dice lo contrario a lo que siempre se manifiesta desde el gobierno, muy simple, la verdad es un secreto guardado bajo siete llaves, no es políticamente correcto decir lo contrario y claro, yo no soy político, al menos partidario y mi boca es mía y digo lo que creo es la verdad. En la justicia, en la educación, en la policía, en el ejercito, en los bomberos, en fin, en todos los ámbitos del quehacer provincial, sus actores, sus empleados, pueden crecer y hacer carrera, para, en algún momento, llegar a lo más alto de su categoría, de hecho, la sociedad se divide en categorías sociales y esta forma de crecimiento no es morbosa ni contraria a cuestiones de revisionismo sociales, es un derecho legítimo de quién se preocupa en ser mejor.

Los médicos, defendidos y queridos por miles de seres que hoy viven mejor gracias a su intervención y odiados por otros miles que les molesta, todavía no sabemos si la chaquetilla o el flequillo o la posición social que aparentemente la profesión otorga, tienen sobradas razones para abandonarse en su calidad profesional, los médicos no sienten el mínimo sentido de pertenencia a un sistema que los castiga sistemáticamente desde que el actual Ministro tomo las riendas de la salud, ya 17 años al frente de este peregrinar de enfrentamientos sin respuestas y especialmente por la pérdida absoluta de estímulos y deseos de superación, tristemente debo decir que los médicos hacemos solo lo necesario para pasar nuestras horas en los hospitales y centros periféricos, nadie personaliza su actividad y llegamos a ver a los pacientes como el propio Balverdi quiere, solo como números, como estadísticas.

Decía que todas las profesiones y actividades tienen un grado de evolución que los médicos NO tienen y esto tiene que ver con varias situaciones de público conocimiento, pero, quizás lo más grave, el encierro de la ley 2580, creada hace más de cincuenta años y que en su excelencia, hasta la actualidad es la que rige la vida médica en la Salud Pública, solo que este Ministro, la aplica en cuotitas, habiendo quitado a toda una generación de profesionales la posibilidad de hacer carrera médico hospitalaria como en cualquier otro lugar del planeta.

Hoy los médicos que ingresan en la Salud Pública no pueden aspirar a evolucionar hasta llegar a cargos directivos gracias a esta negación de una ley constitucional, podemos decir claramente que el propio Ministerio y en especial su ejecutivo se encuentra fuera de la ley.
Si bien acá se presenta el problema, podemos decir que existe la gran solución y un despertar del mundo médico hacia la excelencia, pero es evidente y notorio que no puede pasar jamás de la mano de Ministros médicos políticamente incorrectos.