Gales y su universo paralelo en Chubut

Por Roberto Ferraris
(desde Inglaterra) 
La búsqueda de una mejor calidad de vida es seguramente uno de los principales motores que llevan a las personas a emigrar. En algunos casos emblemáticos, este movimiento se vuelve comunitario e intenta replicar intacta la identidad del país de origen. Uno de estos casos es el de la “Nueva Germania” que en 1886 intentaron crear en Paraguay. Elisabeth, la hermana del filósofo Friedrich Nietzsche, junto a su esposo, Bernhard Förster, encabezaron el intento pero, para desgracia de sus seguidores, terminó siendo una estafa. Otro caso, en el cual se centra este artículo, es el de la comunidad de Galeses emigrados a Chubut que a partir de 1865 intentó crear un “universo paralelo” a su madre patria.

Además de intentar progresar económicamente el grupo se proponía conservar la lengua galesa, la religión evangélica no conforme y las tradiciones. Eran épocas Victorianas con un gran contraste político entre la clase dirigente inglesa y el resto de la población que poseía un marcado sentimiento nacionalista galés.

Uno de estos líderes nacionalistas radicales era el pastor Michael Daniel Jones quien impulsó el proyecto de la “Nueva Gales”. Él  había observado como los emigrados galeses perdían sus características distintivas y eran asimilados por los países huéspedes como Estados Unidos. Antes de decidir por Chubut se analizaron alternativas como la isla de Vancouver en Canadá, y Palestina pero el establecimiento de acuerdos provisorios de independencia con el entonces ministro del interior, el sanjuanino Guillermo Rawson, los llevó a embarcarse hacia el lejano sur en donde recibirían tierras gratis pero con la obligación de trabajarlas. Posteriormente los acuerdos de crear una provincia independiente se trataron en el Senado y cayeron. En 1898 Jones, el padre de la aventura, falleció, pero para ese entonces ya había unos cuatro mil colonos y  asentimientos en diversos puntos incluyendo lo que hoy conocemos como Puerto Madryn, Rawson , Esquel y Trelew. Las comunidades se desarrollaron velozmente gracias al intercambio con las agrupaciones nativas y la creación de canales de irrigación. Ya al inicio del 1900 se exportaban productos agrícolas.

El desvanecimiento del sueño de la Nueva Gales no se hizo esperar mucho. Gente de otras partes de argentina comenzaron a llegar a Chubut, generando una contaminación del idioma y costumbres. Hasta ese entonces ya sea las actividades de gobierno y educación era predominantemente en galés.  Para “empeorar” las cosas en 1996 el gobierno central comenzó a insistir para que las escuelas enseñaran en español.

Luego de la primera guerra mundial el flujo de galeses cesó completamente y desde allí la comunidad ha continuado a ser lentamente asimilada dentro de la cultura argentina. Recientemente parece que ha habido un “revival” de las tradiciones originarias, incluso unas cinco mil personas todavía hablan galés y se celebra periódicamente el festival de poesía y música Eisteddfod. El día de hoy los aproximadamente 80000 descendientes se consideran argentinos y seguramente es uno de los mejores ejemplos de convivencia armoniosa y fructífera entre comunidades de identidades diferentes en Argentina y el mundo.

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