Boudou, golpe y arrebato

Por E. Simón 
Cuando en los actos de campaña Cristina decía “vamos por todo”, nadie imaginó que Boudou, antes Ministro de Economía y hoy vicepresidente, seguiría tan literalmente la premisa de la líder y conductora. Obediente, ecléctico, lejos de las convicciones y cerca del poder, Amado dejó atrás sus días de liberal militante en la UCD comandada por Álvaro Alsogaray para formar parte del modelo Nac and Pop. Aquellos eran años mozos. Tiempo para equivocarse y probar. Tiempo de divertirse y ver de que va la cosa. Tiempo argentino.

Lo cierto es que a poco de asumir como vicepresidente, Amado Boudou fue denunciado por enriquecimiento ilícito, entre otras causas que lo rodean. Es hoy el principal involucrado por presunta compra de la empresa Ciccone a través de testaferros. Te presento otra: también se agregó una en la que se pide investigar su crecimiento patrimonial. Nada de otro mundo, obvio. La duda es la que sigue: ¿Boudou era comandado por Néstor?, ¿compartían ganancias?, ¿Ella, La Muchacha Progre, sabía lo que hacían su marido y el amigote?

Pobre Boudou. Aplicado, carita linda, amigo de los chicos de La Mancha de Rolando, no se imaginaba que la cosa saltaría tan pronto. Cuando lo veo subido al escenario empuñando la guitarra y desafinando descaradamente junto a los chicos de La Mancha, no dejo de pensar en esa canción que dice: “La vida siempre es así, te da y te quieta por nada”. Clarividencia de los condenados a la obviedad, se le fue la mano y cantó su réquiem antes de ser velado.

La causa que lo involucra es por supuesto lavado de dinero en lo que algunos llaman el Caso Ciccone Calcográfica. En la denuncia se solicita al juez investigar “las maniobras que condujeran al vertiginoso e injustificado incremento patrimonial” de Boudou y a “los supuestos testaferros” del funcionario, “entre quienes se encontrarían Alejandro Vandenbroele, José María Núñez Carmona y Agustina Kämpfer”, expareja del vicepresidente. También enumeró a los socios amigos de Boudou, como Juan Carlos López. Cualquier hombre con cierto margen de decencia se hubiese apartado del cargo hasta que la Justicia falle. Pero Amado es demasiado amado como para que los militantes convencidos del modelo lo dejen ir. “No se va, Amado no se va, Amado no se va, Amado no se va”.
 
Si la memoria no me falla, estamos a casi 39 años del Golpe Militar que dejó al país postrado, con desaparecidos y torturados, con la economía destrozada y la autoestima por el piso. Fue una etapa sangrienta la que se vivió desde 1976 hasta 1983, año en que volvió la democracia. Los golpes son violentos, sacuden, dañan. Los arrebatos provocan menos espanto pero igual duelen. En este caso, de confirmarse lo de Boudou, no será tan doloroso como un golpe. La jugada de ladronzuelo apenas llegará a ser un arrebato a la plata de todos los argentinos. A pesar de que “este carnaval, que hoy no te deja dormir, mires donde mires ella está ahí”. Es Ella, es Él.