Mujica lapidario: "Si el próximo gobierno no es peronista se van a juntar todos los peronistas y le van a hacer la vida imposible"

Afirmó que los uruguayos "cometemos el error de ser antiargentinos". Dijo que si el próximo gobierno de Argentina no es peronista "se van a juntar todos los peronistas y le van a hacer la vida imposible".

"Si no es peronista, pobre Argentina", disparó. "Ahora, decir peronista es apenas señalar un sentimiento, porque ahí hay de todo. ¿De cuál peronismo será? No tengo idea. Lo que digo es que si el gobierno no es peronista, se van a juntar todos los peronistas y le van a hacer la vida imposible", abundó. El mandatario sostuvo que hay que negociar con el gobierno vecino porque "los países no se mudan". También admitió diferencias con su sucesor, Tabaré Vázquez.

El presidente de Uruguay, José Mujica, quien dejará su cargo el próximo 1º de marzo, sostuvo en una entrevista publicada hoy por el periódico La Diaria que los uruguayos deben renunciar a su sentimiento "antiargentino". "Lo que tengo claro es que si a la Argentina le va mal, a nosotros nos va mal. Que me digan lo que quieran, pero cuando juega Argentina con Alemania, yo hincho por Argentina", ilustró.

"Creo que los uruguayos seguimos cometiendo el error de tener ese sentimiento antiargentino. Es una situación paradojal: ellos nos quieren pila y nosotros los tratamos como un noviazgo no correspondido. Nos tienen flor de cariño y una fidelidad increíble, porque siguen viniendo para acá contra las leyes de la economía. Es cierto que nosotros también retribuimos, porque el viaje a la gran ciudad sigue siendo ir a Buenos Aires", consideró.

"Uno sabe que, a la corta o a la larga, con Argentina tiene que negociar, porque los países no se mudan. Y hay que generar el mejor marco posible para negociar en las peores circunstancias", agregó en referencia a los desafíos que enfrenta su sucesor, Tabaré Vázquez, cuya relación con el país vecino durante su primer mandato no fue buena. Mujica, sin embargo, se mostró crítico de ciertos aspectos del gobierno de Cristina Kirchner. "El problema mayor es que Argentina está metida en un proyecto muy proteccionista, muy encerrado, y eso nos crea dificultades comerciales, pero dentro de ello soy optimista para la perspectiva que tenga el próximo gobierno", afirmó.

En ese sentido, auguró que el futuro presidente argentino, que será elegido en noviembre de este año, será peronista y se inclinó por el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, como favorito. "Si no es peronista, pobre Argentina", disparó. "Ahora, decir peronista es apenas señalar un sentimiento, porque ahí hay de todo. ¿De cuál peronismo será? No tengo idea. Lo que digo es que si el gobierno no es peronista, se van a juntar todos los peronistas y le van a hacer la vida imposible", abundó.

En el reportaje, el mandatario también se refirió a su propia relación con Vázquez. Mientras que Mujica representa una pata más radical del Frente Amplio, su sucesor es considerado un moderado dentro de la coalición de izquierda. "Hay un poco de diferencias sí, pero no tanto", aseguró y subrayó las divergencias con respecto al Fondo de Desarrollo (Fondes), destinado a empresas autogestionadas.

"En esto del Fondes no me llevan puesto. Yo defiendo la autogestión y la voy a defender mientras viva. Naturalmente, existen dificultades económicas en la sociedad en la que vivimos, pero no se puede agarrar a las empresas que sucumben en el mercado como un fracaso de toda la autogestión. No se puede juzgar todo por algunos fracasos. A mí que no me vengan a cobrar que una cooperativa se fundió y anduvo mal. Eso que me lo vengan a discutir. Pero creo que Tabaré es un compañero y entiende estas cosas. Nosotros no somos obcecados, pero que nadie me pida lo que yo no pueda dar", explicó.

En cuanto a la década de gobierno del Frente Amplio en Uruguay, Mujica admitió que el poder desgasta, pero que lo más peligroso es el "acostumbramiento" y el "sedentarismo" en el poder. Además, señaló que el FA es una organización única que ha logrado "una cosa rarísima: ser un poco oposición y un poco gobierno", lo que le crea dificultades para gobernar, pero le mantiene "salubridad política".