Cristina dio cátedra en G-20: "¿Cuál es la diferencia de una muerte por armas químicas o una bomba?"

Cristina La Muchacha Progre cerró su participación en la cumbre del G-20 con una condena a la intervención militar en Siria que propone EE.UU.. La presi se pasó de progre a hippie y se metí de lleno en la Generación Beat. Obama y Putín no llegan a un acuerdo.

Cristina Kirchner cerró su participación en la cumbre del G-20 en San Petersburgo con una firme condena a una intervención armada en Siria. La Muchacha Progre cuestionó la estrategia norteamericana contra el régimen de Bashar al-Assad, a quien acusa de usar armas químicas contra miles de civiles. "¿Cuál es la diferencia de una muerte por armas químicas o una bomba?", se preguntó dejando a todo el mundo con la duda.

En una conferencia con periodistas argentinos de medios extranjeros, la Presidenta dijo que "el consenso general" de la cumbre es que que haya una intervención humanitaria por parte de las Naciones Unidas (ONU). "¿Por qué ahora la intervención y no antes? ¿o por qué cien mil muertos bajo la metralla, misiles o bombas son más valiosos que 50 o 60 muertes por armas químicas?", inquirió.

Duelo de ajedrez: Vladimir Putin y Barack Obama discutieron sobre Siria 
 El mandatario ruso definió como "amistoso" el encuentro, pero aclaró que "no hubo coincidencias" en relación al conflicto; "Cada uno mantuvo su posición", dijo. Los presidentes ruso, Vladimir Putin, y estadounidense, Barack Obama, se reunieron hoy para conversar sobre el conflicto de Siria, al margen de la cumbre de jefes de Estado G-20. Putin definió al encuentro con su par norteamericano como "amistoso", pero aclaró que "no hubo coincidencias" en relación al caso sirio. "Cada uno mantuvo su posición", agregó en conferencia de prensa.

Por su parte, minutos después del encuentro, Obama reiteró en declaraciones a la prensa que sigue convencido de que un ataque contra Siria es necesario por haber usado armas químicas y que continuará tratando de buscar apoyo para ello. "Seguiré tratando estos días de convencer a otros países", sostuvo, aunque reconoció que algunos de sus colegas quieren un aval del Consejo de Seguridad de la ONU.