Murió el argentino Alfredo Di Stéfano, la Saeta Rubia que se convirtió en una leyenda del fútbol mundial

Ilustración: Nico Suarez.
El futbolista que hizo vibrar estadios del país y el mundo, falleció a los 88 años en un hospital de Madrid, tras haber sufrido el sábado pasado un paro cardiorrespiratorio. Murió por la mañana a los 88 años en el hospital Gregorio Marañón, de Madrid, tras haber sufrido el sábado pasado un paro cardiorrespiratorio, según infoma el diario AS de España. Di Stéfano fue una de las grandes leyendas del fútbol. Ganó cinco Copas de Europa y ocho ligas españolas con Real Madrid, y en total anotó 789 goles en 1.090 partidos.


La Saeta Rubia sufrió el severo cuadro cardíaco un día después de cumplir años, cuando se sintió mal tras almorzar con su familia y amigos a la salida de un restaurante situado a 400 metros del estadio Santiago Bernabéu, el mismo que presenció sus grandes hazañas en la gloriosa épocamerengue de fines de los años 50 y principios de los 60.

El último parte médico, que fue emitido ayer en el mediodía madrileño, decía lo siguiente: "El paciente Alfredo Di Stéfano, de 88 años de edad, permanece ingresado en Unidad Coronaria del Servicio de Cardiología del Hospital General Universitario Gregorio Marañón tras sufrir una parada cardiorrespiratoria extrahospitalaria. Aunque padece una cardiopatía severa, el paciente continúa en una situación clínica y hemodinámica estable dentro de la gravedad", explicaba el informe firmado por Emilio del Valle Hernández, jefe del hospital, y Francisco Fernández-Avilés, jefe de Servicio de Cardiología.

Soy leyenda
Di Stéfano fue una de las grandes leyendas del fútbol. Ganó cinco Copas de Europa y ocho ligas españolas con Real Madrid, y en total anotó 789 goles en 1.090 partidos.

Don Alfredo jugó con las selecciones de la Argentina y España, aunque no llegó a disputar un Mundial. También fue cuatro veces campeón del fútbol colombiano con Millonarios, donde integró un legendario plantel denominado el "Ballet Azul", y se coronó en dos ocasiones en Argentina con River.

El Madrid lo nombró presidente honorario en 2000, y seis años después le puso su nombre a su centro de entrenamientos, donde le hicieron una estatua.