Sangre, destrucción y muerte en la Franja de Gaza

Mientras el gobierno de Benjamin Netanyahu descartaba un alto el fuego, las fuerzas armadas israelíes intensificaron ayer sus ataques aéreos en la Franja de Gaza, una ofensiva que ya dejó, desde el martes, por lo menos 85 palestinos muertos entre los centenares de objetivos de Hamas golpeados desde el aire.

Según un vocero militar israelí, el teniente coronel Peter Lerner, las fuerzas armadas alcanzaron más de 320 blancos en las últimas horas, principalmente redes de túneles y lanzacohetes emplazados en diversos lugares de la Franja. La mayoría de los 85 muertos son civiles, y por lo menos una veintena de ellos, niños. Lerner dijo que Israel movilizó a unos 20.000 reservistas para una posible operación en tierra en Gaza, pero, por ahora, sigue concentrado en obtener el máximo resultado de su ataque aéreo.

Ninguno de los dos bandos da señales de ceder en los enfrentamientos más intensos desde los choques registrados en 2012. Israel insiste en que sólo pensará en una tregua si Hamas deja de lanzar misiles. Los milicianos palestinos lanzaron ya centenares de cohetes a todo Israel, lo que trastorna también la vida del país. No se registraron heridos graves, y el sistema de defensa llamado "Domo de Hierro" interceptó al menos 70 de los proyectiles lanzados desde los territorios palestinos, que cada vez tienen mayor rango de alcance. Uno de los misiles fue neutralizado cerca del reactor nuclear de Dimona, en el sur del país.

UNICEF emitió un comunicado donde afirma que "la escalada de violencia en Gaza e Israel amenaza con un daño devastador para los niños y niñas en ambos lados. Los ataques aéreos están poniéndolos en riesgo, y los deja expuestos al daño físico y la angustia mental. Muchos ya han sido objeto de violencia y destrucción durante las escaladas previas". al tiempo que instó a las partes involucradas "a ejercer la máxima moderación y recordarles su obligación legal y moral de proteger a los niños y niñas del peligro".

Amenazada por los cohetes palestinos, la animada Tel Aviv se convirtió en una ciudad desierta, donde los habitantes cambiaron su habitual relajación por un humor negro que apenas disimula la angustia de una nueva guerra abierta contra Hamas. Desde el comienzo de la operación aérea israelí Barrera Protectora, Hamas disparó por lo menos seis cohetes M75 contra el área metropolitana de Tel Aviv. Uno cayó en un baldío y los otros fueron interceptados por el sistema antimisiles. En los cafés del paseo marítimo, que deberían estar atestados de visitantes en esta época estival, los mozos se ven con poco trabajo.

"Está completamente vacío", suspira Danielle, una moza de 21 años que a falta de clientes picotea en un plato de papas fritas. "La semana pasada, esto estaba abarrotado de turistas. Pero ahora les da miedo venir", recuerda. Los pocos clientes que fueron al café el martes por la tarde para ver la puesta de sol no tardaron en irse cuando sonó la primera sirena. La ciudad comenzaba a sentir los efectos del conflicto.

Ralph, un turista de Luxemburgo de 32 años, prefirió ver las semifinales del Mundial en casa de un amigo, y no en un café al aire libre. "Estamos todo el día pegados al teléfono, viendo las noticias. Incluso descargué una aplicación que me avisa de las alertas de cohetes en tiempo real", cuenta Ralph, que evita los mercados "y sobre todo las playas, donde estaríamos más expuestos si cae un misil".

En las redes sociales, algunos israelíes prefieren tomárselo con humor. Uno escribió sobre el miedo que le da tener que salir de su departamento en ropa interior, y otro contó cómo sus padres se abalanzaron una mañana en su cama, que se encuentra en la única habitación blindada de la casa.

Anteanoche, decenas de personas se manifestaron en la plaza Habima, una de las principales de Tel Aviv, contra la operación en Gaza, lo que les valió los insultos de algunos que pasaban por allí. "Ojalá te caiga encima el próximo cohete", le gritó un conductor a uno de los manifestantes.

"Lo que está haciendo el gobierno israelí también es terrorismo. Los habitantes de Tel Aviv pueden hacerse los indiferentes porque tienen refugios, lo cual no es el caso de la población de Gaza", trató de explicarle Hen, uno de los manifestantes.